Tras analizar la información hidrogeológica disponible y valorar los condicionantes previos, se propuso y acometió la ejecución de dos sondeos profundos de gran diámetro. Ello ha permitido establecer la secuencia litológica parcial del relleno de la depresión, conocer la posición y evolución del nivel freático, mejorar la caracterización físico-química de las aguas almacenadas y estimar el coeficiente de almacenamiento del acuífero; en la mitad oriental de la depresión de Las Cañadas.

Hasta hace muy pocas fechas los mapas de precipitación se confeccionaban a partir de los datos facilitados por una reducida red de observación que se distribuía, más o menos regularmente, por la zona de costa-medianías, pero que dejaba huérfana de registros a la de cumbres. A mediados de los años ochenta se instalan en las cuatro islas occidentales un buen número de pluviómetros que, territorialmente, se reparten sobre todo de medianías a cumbres. La actualización de los mapas de isoyetas a partir de la nueva información disponible ha supuesto, entre otras, la definición de una pluviometría media inferior a la que se deducía de los primitivos mapas de precipitaciones.

La evapotranspiración es el elemento más incontrolado del balance hídrico debido a que su obligada deducción empírica no puede contrastarse con mediciones de campo, salvo en entornos muy concretos. Una simplificada metodología de calculo ha dado lugar, en los primeros trabajos hidrológicos llevados a cabo en las islas a sobre valoraciones del parámetro evapotranspiración real (ETR). El establecimiento del balance en el suelo, una vez definida la precipitación y la evapotranspiración potencial (ETP), debe hacerse a partir de la consideración del "día" corno período de trabajo; en las islas, la disparidad de coberturas hace pertinente, incluso, considerar por separado los parámetros evaporación y transpiración. De cualquier forma el elemento más indeterminado y que produce las mayores desviaciones en el cálculo de la ETR es la capacidad de retención de los distintos suelos insulares, de la que apenas se dispone de una pequeña muestra que no permite sino la definición de la "reserva" en muy contados entornos y obliga a realizar las consiguientes y poco fiables extrapolaciones para gran parte de los suelos.

También el parámetro escorrentía ha sido tradicionalmente sobrevalorado en las islas. La espectacularidad de las avenidas discurriendo al mar sin provecho alguno ha sido sin duda una de las causas de esta sobrevaloración. Pero realmente, el motivo principal ha sido reducir su
imputación a los factores hidrogeológicos que definen la permeabilidad primaria de los terrenos, sin tener en cuenta que otra serie de factores, relacionados directamente con la geomorfología, y entre los que destaca el fenómeno de la "infiltración sobre cauces", dan lugar a una permeabilidad secundaria que en muchos casos tiene igual importancia que aquella.

Lógicamente al introducir en la ecuación del balance hídrico los nuevos valores de los parámetros citados: precipitación, evapotranspiración y escorrentía, ajustados y más aproximados a la realidad insular, se ha deducido que la infiltración tiene un alcance mayor que el que se le suponía hasta hace pocas fechas.

Con el trabajo realizado se pone de manifiesto la existencia de concentraciones anómalas de determinadas sustancias. Además, se establece la localización, cuantía, tendencia evolutiva y origen de los distintos procesos contaminantes que concurren en el caso. Asimismo, se considera la repercusión de dichos iones en los indicadores de calidad para los usos principales de la Isla.

Los resultados obtenidos permiten definir actuaciones orientadas a prevenir, controlar y corregir la dinámica actual de deterioro cualitativo del sistema acuífero insular.

La finalidad de este modelo es doble. Primero, comprobar la corrección o no de las hipótesis de funcionamiento. Segundo, si la respuesta al punto anterior fuera afirmativa, calibrarlo en régimen transitorio para contar con un instrumento de pronóstico del funcionamiento del acuífero para situaciones futuras de explotación de las aguas subterráneas

La principal novedad de este modelo es la incorporación de la anisotropía en el plano horizontal para simular con corrección la influencia de las direcciones de inyección y fracturación de los diques sobre el sistema de flujo. Ello ha obligado a tratar el tensor de permeabilidades en lugar de trabajar con las direcciones principales según fila y columna como es habitual. Esta comunicación describe el planteamiento y desarrollo del modelo y los resultados obtenidos.

Se comprueba, a través de un resumido repaso histórico de las captaciones, que aunque las primeras prospecciones de agua se produjeron a mediadas del siglo XIX, la explotación intensiva del acuífero no se inició hasta muy avanzada la tercera década del siglo XX.

Este nuevo modelo conceptual ha servido como bese para La zonificación hidrogeológica, según la cual el acuífero insular se divide en 8 zonas, 7 subzonas y 32 sectores.